SOBRE LA DIRECCIÓN

La Dirección de Turismo es la encargada de vincular la Casona de San Marcos con las colectividades nacionales e internacionales a través de su labor de PROMOCIÓN TURÍSTICA, llevada a cabo en diferentes programas de visitas guiadas y eventos académicos. Aunque, el 3 de febrero de 1998 se obtuvo el reconocimiento institucional como dependencia del Centro Cultural de la Universidad de San Marcos(mediante la Resolución Rectoral N° 00639 – CR – 98), con sede en el histórico local de la antigua Casona sanmarquina, sus inicios datan de dos años antes. En el 2007 pasó a denominarse Dirección de Turismo, denominación que retiene hasta el presente. Nuestro equipo de trabajo se compone de historiadores y profesionales de turismo, y también de estudiantes universitarios de diversas especialidades e instituciones, lo cual nos permite realizar nuestra labor con una visión multidisciplinaria.

sábado, 13 de febrero de 2016

AMOR SANMARQUINO
Del sentimiento por el otro que soy yo

a: Manuel Eduardo Lecca
Sanmarquino ilustre


Desde que se instaló en el Convento Grande del Rosario de la Ciudad de los Reyes, el 2 de enero de 1553, la Universidad de San Marcos ha conllevado sus labores académicas y científicas con una preocupación por el otro. Aquello encarnado en diferentes sujetos a la vez que problemáticas enraizados en el devenir y desarrollo del Perú.

Bajo el período dominico, las cátedras se convirtieron en tribunas de denuncia de la situación del indio y todo a partir de la propagandización de las ideas de Bartolomé de las Casas. Fray Tomás de San Martín (procurador histórico para la creación de la Universidad) y Fray Domingo de Santo Tomás figuran como dos adalides en la retórica lascasista. Todo ello conllevó a un enfrentamiento con los vecinos de Lima muchos de ellos encomenderos. Este fue la causa sobre la cual se vivirá la primera reforma en 1571 y que tiene como personaje capital al virrey Francisco  de Toledo que desarrolló todo un proceso de exclaustración coronada con la elección del primer rector laico, Pedro Fernández de Valenzuela. Poder, control y dirección de ideas y conocimiento.

“…Juramos a Dios y a la patria sostener y defender con nuestra opinión, persona y propiedades la independencia  del Perú del gobierno español y de cualquiera otra dominación estrangera” fueron las palabras vertidas en claustro pleno por el rector Ignacio Mier en el Salón Mayor General de la Universidad en su local de la Plaza del Estanque el lunes 30 de julio de 1821. La Universidad juraba la Independencia. Marcaba su compromiso con los nuevos tiempos y los ideales que a partir de ella se concretizaban y en la que nuestra casa de estudios marcará la pauta para su afirmación. Los que definieron la República y sus avatares iniciales desarrollaron sus ideas a partir de las aulas sanmarquinas.

A las 2:00 p.m. del domingo 16 de marzo de 1879 reunidos en el Salón General de la Casona de San Marcos los alumnos de la facultades de Derecho, Ciencias, Letras, Teología, Medicina y Ciencias Políticas y Administrativas discutían el papel y compromiso que debía asumir la Universidad antes los acontecimientos diplomáticos y bélicos entre Bolivia, Chile y Perú. Un veterano de la independencia presente en la reunión decía: “que los principios por los que se combatió en los campos de Junín y Ayacucho, debían ser siempre defendidos  y sustentados por la juventud estudiosa, como los más grandes ideales de su magno porvenir”. Y así fue. Cuando la guerra fue un hecho total, los sanmarquinos formaron las primeras columnas militares desde la sociedad civil; la Legión Carolina Militar y la Legión Independencia. Además de contribuciones pecuniarias para ayudar al Estado a solventar los gastos necesarios. Y cuando tocó defender la ciudad del asedio chileno se formó la heroica Columna Universitaria. El epígrafe romántico de todo ello sea tal vez Manuel Eduardo Lecca, estudiante de Jurisprudencia, combatiente en el Sur, defensor de Lima y que murió años después del conflicto en la sierra central producto de la tuberculosis y del abandono del Estado.

Otro capítulo donde el sentimiento y espíritu crítico de nuestra casa de estudios se hizo carne en sus propuestas en una sociedad en cambio fue a lo largo del siglo XX. Las diferentes generaciones hicieron única y estrecha esta relación que por momentos tuvo una dinámica única y valedera. Pero ese es un tema que amerita otro discurrir.
Del todo evidente: impregnado en el Perú vive el amor sanmarquino. ¡Incomparable!    

Iván Domínguez León
Fernando Ventocilla Grados